¿Cuándo fue la última vez que revisó a fondo su ciberseguridad? Si se está rascando la cabeza tratando de recordarlo, lo más probable es que sus defensas estén más expuestas a los ciberataques de lo que le gustaría.

A raíz del aumento de las ciberamenazas estratégicas y a gran escala, como el ransomware y los ataques a la cadena de suministro, las empresas luchan por encontrar opciones para fortificar sus ciberdefensas. Las auditorías de ciberseguridad son esenciales en un panorama de amenazas tan volátil, ya que permiten a las empresas identificar y gestionar los riesgos potenciales antes de que se conviertan en violaciones de datos en toda regla.

Buenas prácticas para realizar una auditoría de ciberseguridad

Llevar a cabo una auditoría de ciberseguridad puede parecer desalentador, pero no tiene por qué serlo. Todo lo que tiene que hacer es seguir estos tres sencillos pasos:


1. Determinar el alcance

El primer paso en la planificación de su auditoría es decidir qué aspectos de su programa de ciberseguridad debe abordar. Esto implica determinar el propósito de la auditoría, identificar a las partes interesadas clave y planificar el proceso de ejecución.

2. Evaluar los riesgos

Una vez determinado el alcance, el siguiente paso es la evaluación de riesgos de ciberseguridad. Este ejercicio tiene por objeto detectar las amenazas potenciales en el ámbito de su auditoría y las medidas de seguridad existentes para contrarrestarlas.

Entre las ciberamenazas más comunes se incluyen:

  • Ataques distribuidos de denegación de servicio (DDoS): Se trata de un intento malicioso diseñado para saturar un servidor con cantidades excesivas de tráfico fabricado, provocando su cierre.
  • Ingeniería social: Esta técnica engañosa induce a los empleados a revelar información confidencial. Algunos ejemplos comunes son el phishing y el compromiso del correo electrónico empresarial.
  • Malware: Cualquier programa o archivo diseñado para invadir, dañar o inutilizar sistemas informáticos. Entre los tipos de malware más dañinos se encuentra el ransomware, en el que los hackers cifran la información confidencial de una organización y exigen un rescate por su descifrado.
  • Contraseñas robadas: Las violaciones de datos anteriores pueden exponer los datos de los empleados, incluidas las contraseñas. Los ciberdelincuentes pueden hacerse con esta información pública para piratear cuentas corporativas y robar datos.
  • Exploits de día cero: Se trata de vulnerabilidades de seguridad no parcheadas y desconocidas por los desarrolladores, explotadas por los hackers para obtener acceso no autorizado a los sistemas internos.

El arma más potente contra estas amenazas es la supervisión continua de la seguridad. Con herramientas como GFI LanGuard, las organizaciones pueden detectar ciberamenazas en tiempo real. Al identificar las amenazas en una fase temprana, las organizaciones pueden reducir el riesgo de incidentes graves, como violaciones de datos, protegiendo así sus activos, su reputación y sus resultados.

3. Implementar un plan de respuesta a incidentes

Después de reconocer las amenazas potenciales a la ciberseguridad de la organización, el paso final es crear y aplicar un plan integral de respuesta a incidentes. Un plan de respuesta a incidentes bien elaborado debe abarcar los siguientes elementos clave:

  • Priorización de riesgos y metodología de reparación: Describa el enfoque para clasificar los riesgos en función de su gravedad y urgencia y los procesos para mitigarlos. Esto podría incluir métodos como la aplicación de parches en el software, el refuerzo de la arquitectura de seguridad y la segmentación de la estructura de la red.
  • Plan de Continuidad de Negocio: Se trata de un plan estratégico para garantizar la recuperación sin problemas de cualquier incidente de seguridad descubierto durante el proceso de identificación de amenazas. Este plan debe detallar los pasos para minimizar la interrupción de las operaciones y la pérdida de datos mientras se restablece la normalidad de los sistemas.
  • Documentación de las herramientas de seguridad: Registre las herramientas preventivas, de detección y de respuesta existentes para salvaguardar sus sistemas de seguridad. 
  • Plan de comunicación y formación: Incluye estrategias para informar a todas las partes interesadas en caso de incidente de seguridad. También debe detallar los programas y recursos de formación de los empleados para concienciarlos sobre los riesgos de ciberseguridad y los protocolos correctos a seguir cuando se produzca un incidente.

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